"Mi nombre es Osvaldo Ulloa, nacido en el fundo de El Principal, hijo de un poeta muy popular, Manuel Ulloa Cortés, y de Mercedes Rosa Lobos. Mi profesión es agricultor. De edad de catorce años yo empecé a tocar guitarrón, hasta ahora que tengo 64 años (en 2000). Casado con Ana Ahumada Gálvez, padre de diez hijos", es el breve resumen que ofrece con voz serena y profunda en el disco El guitarrón chileno, herencia musical de Pirque (2000), de donde están tomadas también las siguientes citas.
El niño Osvaldo Ulloa no fue al colegio. Ya a los diez años, hacia mediados de los '40, su trabajo era cuidar cabras en los campos pircanos, mientras la tradición del canto a lo poeta lo esperaba en la familia. "Yo y mi hermano Moisés nos interesamos por el guitarrón, al igual que el papá", explica. "Lo aprendí del oir y del mirar. En aquellos tiempos se hacían ruedas de puetas. Ellos hacían fiestecitas y se juntaban grupos de puetas a cantar, y venían a la casa del papá. Entonces yo era niño muy joven y me gustaba mucho escuchar cómo sonaba el guitarrón, porque poco se veía la guitarra".
Con los años él mismo se volvería maestro también de guitarroneros y cantores más jovenes como Juan Pérez Ibarra, compañero de Osvaldo Ulloa al igual que Juan Manuel Saavedra y los hermanos Santos y Alfonso Rubio, todos cantores pircanos reunidos en el citado disco El guitarrón chileno (2000). Las versiones del Encuentro Nacional de Guitarroneros celebrado en esa ciudad desde 2002 han sido citas comunes a estos poetas, unidos por una larga historia común que va desde vigilias de canto a lo divino hasta velorios de angelitos, entre otras expresiones religiosas de la poesía popular.
"Siempre fue como una tradición que se hace. Antiguamente yo cantaba así porque había muchos velorios, no había los adelantos que hay ahora, que la criatura no muere. Antes no, por cualquier enfermedad se morían, en un mes morían cuatro o cinco niños. Entonces había esa tradición. Yo le canté hasta a un hijo mío que murió también. Así es la vida", explica Manuel Ulloa al investigador Claudio Mercado en la publicación editada con motivo del tercer Encuentro Nacional de Guitarroneros de Pirque (2004), una de las iniciativas que ha recuperado la tradición por el guitarrón.
El propio Manuel Ulloa recuerda haber dejado ese instrumento de lado por el desuso en que cayó durante décadas, y haberlo reemplazado por el arpa. Un hito importante fue la actuación que los cinco guitarroneros mencionados dieron para una audiencia de escolares de Puente Alto en 1999, el paso previo a la grabación de El guitarrón chileno, donde él canta dos versos entregados por los poetas José Yáñez y Amador Ulloa Cortés, hermano de su padre. "Dios es el que me ha dado este talento", dice. "Aprendí a tocar y a cantar, sin sabe leer, sin saber nada, siendo un hombre pobre del campo, sin tener ayuda de nadie, pero Él me abrió el sentido, la memoria pa’ cantar. Doy gracias a Él y gracias a las personas que han trabajado conmigo".